Eran las 10:30 de la noche. El autobús iba medio vacío. Casi todo eran mujeres. La lluvia tras los cristales. Eché un vistazo a las miradas. Y vi tristeza, casi infinita. Mucho cansancio. Carencia de vida.
Tal vez algún día yo también llevaba esa mirada.
¿Realmente la gente cree que es feliz con el ritmo de vida que nos impone este sistema? Cada vez me cuesta más creerlo. Vivimos engañados.
4 comentarios:
A mí no me engañan, yo lo he sabido desde el principio.
Son las grandes ciudades (comienza mi relación de amor-odio con Madrid... y eso, dicen, es peligroso... por que se empieza así... y se termina uno quedando a vivir :S).
Un beso y ruido de coches sobre asfalto mojado de fondo.
uf,,
ultimamente me hago esa pregunta todos los días.
Qué bonita es Barcelona, sí... pero a costa de tantas cosas... Replanteandome el futuro (y el lugar donde vivirlo!)
Mua
Por eso no me gusta Madrid, me da miedo convertirme algun dia en alguien con esa mirada...
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