La miel que habita en tus ojos acunó todas mis heridas.
Y las llevó lejos. Muy lejos de aquí.
En medio de la tempestad sólo acerté a decir una cosa: llévame.
Llévame.
Y no me sueltes nunca.
A una casa con un gato.
Donde haya varios amaneceres al día.
Y siempre una taza de té caliente
y un par de velas encendidas. Con eso nos basta.
Que ya nos encargaremos nosotros de ahuyentar las mariposas negras.
Y al invierno. Y al pasado. A todo lo malo.
Que el viento se lleve mis lágrimas hasta un lugar donde el tiempo pase de largo.
Y de pronto, de la misma forma en que el mar llega la orilla,
cuando menos te lo esperas, el sueño se hizo realidad.
Ya no quiero nada más.
El mundo se quedó a un lado.
Y tú y yo pasamos de largo.
3 comentarios:
uf, pero a veces cuesta tanto!
Asociacion mental. En la vida hace falta solamente estar vivo
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