CONSTITUCIÓN COMO UTOPÍA

...y de fondo "Ya quisiera yo", de Ismael Serrano(sí, repetimos autor)
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Constitución: Ley fundamental de un Estado que define el régimen básico de los derechos y libertades de los ciudadanos y los poderes e instituciones de la organización política. Según esta definición, todas las constituciones tienen ante sí una difícil tarea: deben reconocerse en ella todos los ciudadanos. Al ser el marco de convivencia de todos los ciudadanos no puede haber nada ni nadie que no se sienta amparado por la constitución de su país. La exclusión no debe existir en un texto constituyente. Partiendo de esa base hay que ser conscientes de que es imposible que haya una constitución perfecta, siempre habrá alguien que no se sienta cómodo en ese marco de convivencia que antes comentaba. Es imposible que millones de personas estén de acuerdo en algo. Por eso hay que ser conscientes de que todas las constituciones pueden ser mejorables. No por criticar una constitución se tiene por qué estar en contra de ella, se pueden hacer críticas constructivas que hagan mejorar la constitución, y por ende la democracia. La constitución perfecta puede que sea una utopía. El escritor uruguayo Eduardo Galeano(en su libro, ”Las palabras andantes”) definió muy bien lo que significa utopía: "Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri- me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos, camino 10 pasos y ella se aleja 10 pasos mas allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar." Y la búsqueda de la constitución perfecta, como utopía que es, nos debe servir para caminar,para avanzar. Por ello pienso que la constitución de un país debe construirse con el tiempo. No puede quedarse estancada y ser algo que se quede obsoleto y caduco. Es algo que debe hacerse día a día, al ritmo que marcan los tiempos, debe de ser un proceso en continuo cambio. Un cambio cimentado en los derechos fundamentales, algo que sí debe ser inamovible. Si la política se estanca, el mundo también. El miedo a los cambios aterra a la humanidad. Pero hay que saber que si siempre se tuviera miedo a los cambios jamás avanzaríamos. Algo tan importante como una constitución debe ser asunto de todos. Nadie puede adueñarse de ella. Debe de estar construida desde el consenso, y basarse en el diálogo. Una vez construidos los cimientos de la constitución, la siguiente tarea, y más complicada aún si cabe, es pasar de la teoría a la práctica. Lograr que la Constitución no se quede en papel mojado, y sirva como algo más que para un adorno. En ello debemos esmerarnos todos también. Por ejemplo, en la Constitución española hay muchos artículos que no se cumplen, y son algunos de los más importantes, los referidos a derechos de los ciudadanos: derecho al trabajo, a una vivienda digna...Si el Estado no puede velar por los derechos de sus ciudadanos ¿Cómo va a hacer que cumplan éstos sus obligaciones? Debe ser tarea primordial para los poderes del Estado cumplir con sus ciudadanos el pacto que constituye la constitución.Debe ser parte fundamental de la democracia de un país. En ese pacto nadie puede salir perdiendo, si esto ocurre es que algo va mal. Es obligación de todos lograr construir el marco de convivencia que debe significar una constitución. Todos estamos implicados en esa tarea. Tanto la construcción de una constitución lo mejor posible como el trabajo de llevarla a la práctica es algo en lo que debemos trabajar todos,nos afecta a todos. Nadie debe apropiarse de ello con fines partidistas. Porque sin constitución los ciudadanos no somos nada, algo tan importante como nuestros derechos debe estar en nuestras manos, y no en manos de los que mandan. La Constitución de un país debe ser propiedad de sus ciudadanos.