Damián se bajó del autobús con su guitarra bajo el brazo. Como todos los días, a primera hora de la tarde, después de comer. Tras andar 5 minutos por las calles céntricas y peatonales (a medias) de Madrid, llega a su lugar habitual. Se quita las gafas de sol, mira al horizonte, saca la guitarra, se la cuelga al hombro, deja la funda frente a él, y empieza a afinar. Unos minutos después comienza a cantar la canción de todos los comienzos, "Te doy una canción", de Silvio Rodríguez. "Cómo gasto papeles recordándote, cómo me haces hablar en el silencio...". A su lado pasan unos chicos y le gritan "cursi". Mejor ignorarlos.
Cuanto termina, alza la vista, y se da cuenta de que hay alguien dando palmas. Es una chica con aires y vestido hippies. Saca un billete de su monedero, coge un bolígrafo, y escribe algo en él. Lo deja en la funda de la guitarra, y Damián le lanza una sonrisa. La chica le dice "gracias por la canción" y se marcha rápidamente.
Tras terminar el siguiente tema, Damián no puede evitar la tentación, coge el billete y lee lo que pone en su interior...
CONTINUARÁ
3 comentarios:
Buscando algo sobre Luís Ramiro, llego a tu blog, a una entrada sobre Salitre48...mi disco favorito, el Quique que adoro, y veo tu lista de enlaces y veo muchas cosas interesantes, así que puedo evitar dejarte un comentario...(espero que no te moleste) y por cierto...tengo ganas de leer la continuación de tu historia ;-)
Un saludo.
¡Bravo! ¡Me he estremecido!
Por Dios quiero la continuación! estoy intrigada!
Publicar un comentario