6/25/2009

PIZZA 4 QUESOS

Hay un estrépito de caos y apuntes sobre mi cama, y un remanso de paz sobre algunos vientres, pero yo no les pillo de paso.
Apago las señales de humo que hice con incienso en mi habitación. Frego los platos a velocidad de vértigo. Me despido de la chica a la que no le gusta que le llame poeta. Salgo de casa disparado. En vez de bajar las escaleras las sobrevuelo.
En mi calle hay un gitano buscando el espíritu de Camarón en una guitara. Me mira y sonríe. Practico un rato mi deporte favorito: perder autobuses. Me sumerjo en un mar de atascos llamado Carabanchel. Me ahogo un rato en un vagón de metro de la línea 3. Tras un viaje eterno llego a Lavapiés, allí donde el verano habla multitud de lenguas. Recupero las partituras que dejé olvidadas. Recupero también el libro que me dejé en la puerta de un coche ajeno (no hace falta decir que otro de mis deportes preferidos es olvidarme cosas...)
Los pasos de peatones derriten las chanclas y los remordimientos. Termino la tarde hablando con acento granadino.
Y acabo el día con algo que hacía tiempo que no probaba: pizza cuatro quesos.

2 comentarios:

Marian dijo...

Hasta aquí llegaba el olor a incienso...

Ay
Lavapiés

besote!!!

lachicaquenolegustaquelallamespoeta dijo...

;)