8/23/2009

TODO MENOS ESO

Aprendí a aceptar la muerte.
Me hice inmune a las despedidas.
Me grabé que nada dura para siempre.
Cumplí las leyes y las normas.
Dejé salir antes de entrar.
Apagué la música de madrugada.
Fumé en las calles y en las ventanas.
Me creí todo lo que me dijeron.
Conseguí un trabajo.
Me peiné.
Fui educado con las vecinas.
Hablé del tiempo en ascensores estropeados.
Encontré el camino para llegar a fín de mes.
Dejé de llorar en los cines.
Aparqué pegado a la acera.


Pero lo siento.
No pienso aceptar tu imposible.
Eso sí que no.

1 comentario:

illeR dijo...

A veces parece que la vida consiste en aceptar imposibles y no debería ser así, todo tendría que ser mas fácil.