Llevaba tiempo queriendo escribir algunos artículos sobre mi experiencia en la Universidad. Una vez llegado a 5º, a falta de unas pocas asignaturas para ser licenciado, se tiene la perspectiva necesaria para poder reflexionar sobre lo ocurrido a lo largo de una carrera. La verdad es que la experiencia ha sido positiva, sí: estar unos años en la Universidad sirve para que uno se de cuenta de lo realmente asqueroso y lleno de mierda que está el mundo, la cantidad de pelotas que pueblan la tierra, la cantidad de vagos que no se pasan por una clase en 7 meses y aparecen el último día a pedir apuntes, la de profesores que se creen semidioses cuando en realidad son unos fracasados que aburren hasta las ovejas, y que premian sobre manera a aquellos alumnnos que les pelotean, alaban, y babosean frente a sus caretos.
Sí, estoy quemado. Mucho.
Y la gota que ha colmado el vaso ha sido encontrarme hoy con que una profesora me pide que en el plazo de una semana le rehaga un trabajo si quiero subir las dos décimas que me faltan para tener un notable. Obviamente le he dicho que se vaya a freir espárragos, que prefiero quedarme con mi 6'8, antes que ponerme de alfombra de nadie. Bastante he tenido con asistir a sus clases los jueves y viernes hasta las 9:30 de la noche, o entregar los trabajos en plazo. Unos plazos que ella se ha pasado por el forro a la hora de poner las notas.
Llevo 5 años teniendo que aguantar a gente interesada que sólo te habla cuando necesita apuntes, de tener menos nota que otra gente por no ser un pelota que va al despacho del profesor a preguntarle gilipolleces, de vivir en un mundo en el que importa más lo que parece que lo que es, y donde no se juzga a todo el mundo por igual.
Hay que ver lo a gusto que me voy a quedar cuando termine de escribir estos artículos.
3 comentarios:
Esto me recuerda uno de los últimos exámenes de mi licenciatura. Era de Derecho de la Información y el 85% de la clase estudió un taco de fotocopias más gordo que el libro de Petete que eran... tachan tachan... ¡¡mis apuntes!! Y puedeo asegurar y aseguro que sólo me los había pedido un 10% de ellos. Aunque lo que más me jodió fue ese 10% de los que los tenían y a los que jamás se los hubiera dado. Puag.
Vaya. Te acompaño en el sentimiento.
El año pasado me ocurrió algo parecido.
Una asignatura donde no había examen. El profesor te evaluaba por una entrevista personal, asistencia a clase, te miraba los apuntes, lecturas y demás. A mucha gente le dejé mis apuntes.
Pues todos sacaron más nota que yo, que fui una de las dos únicas personas que se quedaron con un triste aprobado.
Todos a sacar el rencor que llevais dentro!!
jaja ahí ahi!! y siento decirlo, pero son más las arpías que los "arpíos" en esto que en mi blog llamé "la diplomacia del despacho", y encima lo practican desde primero. Pero, sobre todo, abajo con los profesores semidioses! ya está bien!
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