1/12/2008

ANGEL GONZÁLEZ

Que descanse en paz. El mejor homenaje que se le puede hacer es recordar su poesía:

MUERTE EN EL OLVIDO

Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...

EPÍLOGO

Me arrepiento de tanta inútil queja,
de tanta
tentación improcedente.
Son las reglas del juego inapelables
y justifican toda, cualquier pérdida.
Ahora
sólo lo inesperado o lo imposible
podría hacerme ll0rar:

una resurrección, ninguna muerte.

4 comentarios:

Rodolfo Serrano dijo...

Un abrazo. Y difundamos su versos. Es el mejor homenaje.

Marinero en Marte dijo...

una gran perdida si. era un buen poeta.

Prof Alvaro Garrocha Fernández dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
yanadaesloquera dijo...

Difundamos sus versos:

PREÁMBULO A UN SILENCIO

Porque se tiene conciencia de la inutilidad de tantas cosas
a veces uno se sienta tranquilamente a la sombra de un árbol
en verano
y se calla.

¿Dije tranquilamente? falso, falso:
uno se sienta inquieto, haciendo extraños gestos,
pisoteando las hojas abatidas
por la furia de un otoño sombrío,
destrozando con los dedos el cartón inocente de una caja de fósforos,
mordiendo injustamente las uñas de esos dedos,
escupiendo en los charcos invernales,
golpeando con el puño cerrado la piel rugosa de las casas
que permanecen indiferentes al paso de la primavera
una primavera urbana que asoma con timidez los flecos
de sus cabellos verdes allá arriba,
detrás del zinc oscuro de los canalones,
levemente arraigada a la materia efímera de las tejas a
punto de ser de polvo.)
Eso es cierto, tan cierto
como que tengo un nombre con alas celestiales,
arcangélico nombre que a nada corresponde:
Ángel
me dicen
y yo me levanto
disciplinado y recto
con las alas mordidas
quiero decir: las uñas
y sonrío y me callo porque, en último extremo,
uno tiene conciencia
de la inutilidad de todas las palabras.

Un abrazo a todos.