1/07/2009

COMO EL MAR EN AÑO NUEVO

Todos los paraguas están rotos, y la lluvia nos está empapando. Quedarse siempre es peor que una retirada a tiempo. Y ahora ya empecé a saber despedirme, aunque siempre lo haga demasiado tarde. Ahora ya empecé a saber cuando darme por vencido, en medio de tanto frío, que nos deja tan helados, como el mar en año nuevo.
Todos los zapatos están rotos, y el agua llega a nuestros pies. Mejor será dejar de saltar en los charcos, y dejar de dejarse llevar. Que sean otros, los que disfruten, en medio de esta tempestad. Que amenaza con dejarnos tan rotos, como nuestros paraguas, y nuestros zapatos rotos, tan rotos, como lo estaremos tú y yo, si es que no lo estamos ya, y no nos hemos dado cuenta, o es que no hemos querido verlo. No hay peor ciego que el que quiere ver lo que no es, lo que no existe, y que tanto te llega a doler. Mucho más que algunas cosas que existieron.

1 comentario:

Anónimo dijo...

empezar a saber despedirse... qué difícil.
y cuántos charcos, cuantos pies helados y paraguas, zapatos rotos...
y, pese a todo, cuánto mar...

besos!