Le prendió fuego a todas las canciones tristes. Marcó números de teléfono que no debía haber marcado. Bebió más alcohol del que debió haber bebido. Vagó por las calles buscando el olvido, mientras se desangraba a pasos agigantados. Trató de arrancarse de cuajo el nombre que llevaba escrito muy dentro. Cerró con llave todas las ventanas con vistas al pasado. Evitó dormir para tener controlados sus sueños. Y así pasaron días: uno, dos, tres...
Y entonces, al cuarto día, comprendió que existen cosas imposibles.
Y olvidarte era una de ellas.
2 comentarios:
Llevaba tiempo sin pasar por aquí...
AL volver y leer este post he sentido que mi garganta se hacía más pequeña.
Debe de ser porque todavía estoy en el segundo día, más o menos.
Un beso.
Cuántos no hemos pasado por ahí...
saludos y salud
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