5/05/2009
PUES QUÉ MAL
El otro día soñé. Y lo hice tan fuerte que al despertar pensaba que había sido realidad. Tardé varias horas en comprender que no, que todo había sido un sueño. Y no veas qué disgusto. Me sentí igual que aquella vez que me castigaron sin recreo.
En otra ocasión me pasó al revés. Viví algo que no podía ser verdad. Era tan perfecto que tenía que ser un sueño. Y al final resulta que se desvaneció como si así lo fuera. Todas las señales, que indicaban lo onírico de lo que estaba viviendo, resultaron equivocadas.
Y así me pasa, que confundo los sueños con realidad y la realidad con sueño. Qué mal.
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4 comentarios:
A Juan José Millás le pasa lo mismo (y tu texto es muy suyo)
Pues yo una vez tuve que llamar a José Luis a ver si estaba bien, porque soñé que había muerto y era tremendamente real.
Así que cuando me confirmó su bienestar, me encantó que todo hubiera sido un sueño.
A mí me pasa, constantemente
saludos
Mary
yo también hago eso contínuamente y también me digo "qué mal"... ;)
besos!
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