9/18/2011

todo pasa

Me marché. Una mochila y un cuaderno azul que ahora parece que haya estado en una guerra. Recorrí algunos lugares, conocí a alguna gente y probé distintas comidas. Lloré. Estuve en 4 países. Bebí buenos vinos. Desanudé algunos nudos que tenía muy dentro. Pasó el tiempo, que es algo que siempre ayuda. Aprendí que todo pasa. Todo. Un día estás bajo el sol, y al otro en medio de una tormenta. La forma en que te comportes cuando estás bajo la tormenta es lo que te hace crecer. O no. Levantarse en medio de la tempestad que a veces es la vida. Y gritar bien alto que te da igual. Que seguirás siendo como eres.
Y un día vuelves. Te miras a lo ojos, frente a un espejo. Y ahora sí, encuentras lo que buscas. El dolor se convirtió en otra cosa. En fuerza. Y ahora, ya, nadie podrá pararte nunca.

3 comentarios:

Mina dijo...

Definitivamente, es un proceso tedioso, largo a veces, pero todo pasa, todo regresa y mejora, nos reencontramos y nos valoramos.
Quizás mi proceso aún no termina, pero estoy en ello.
Lindo escrito.

Besos

Adriana Gutiérrez Espinoza dijo...

Me gustó mucho leerte, sobre todo porque lo hice en voz alta, como en primera persona. Este texto, es concreto, pero tiene una fuerza que impacta.
Lo que no mata, te hace más fuerte.
Gracias por compartirlo.

kika... dijo...

Extraemos fuerza para seguir tanto de lo bueno como de lo malo. Especialmente de lo que nos resulta complicado, independientemente de lo positivo o negativo que sea. Y como dice Mina, la reconversión de todos esos sentimientos es un proceso largo...

Muchos besos,
K