Eres dañina con mis entrañas.
Cautivadora y fértil como la tierra en silencio.
A ratos me callas con un beso de ladrona
y me quedo tan absorto como un satélite
mirando el infinito de las galaxias
con cara de no saber lo que viene después
de todos los besos del mundo.
Eres lúgubre en las mañanas.
Sin querer despertar del sueño infinito
que abraza mi cuerpo entre las sábanas.
Despierto y tu perfume me llena,
y abraza cada hueco de esta casa
Vacía como un barco a la deriva
cuando tú te vas al trabajo.
Poderosa. Capaz de todo y de nada.
La sed que campa a sus anchas
por el desierto que es mi boca en tu ausencia.
4 comentarios:
Me gusta...
:) Me quedo por aquí.
Que preciosidad! Me ha encantado.
Un beso!
http://electricsbubblesphotography.blogspot.com/
Me encanta.
Los dos primeros versos son geniales, y en poema en general me ha gustado bastante,
un saludo.
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