4/24/2008

SÓLO ES UN EQUIPO DE BALONCESTO, PERO ES TU EQUIPO



Es difícil explicar a alguien que no sabe nada de baloncesto, ni sabe nada del Estudiantes, lo que este club significa. A ver si lo consigo:

El Estudiantes es un equipo de baloncesto profesional, pero distinto a todos los demás. Lo creó un profesor de Latín de un Instituto de Madrid (el Ramiro de Maeztu). Es un club donde la cantera ocupa un papel primordial, y donde el principal objetivo es formar personas, y donde éstas están por encima de las victorias. Ser de Estudiantes es no pitar nunca a un jugador de tu propio equipo, y que cuando un jugador cometa un error se le anime todavía más. Es luchar siempre hasta el final, no darse nunca por vencido, pase lo que pase. Mientras otros tienen todo mucho más fácil, el Estu tiene que luchar siempre desde la adversidad. Ser de Estudiantes es asumir que los jugadores formados en tu cantera terminarán yéndose a otro club a ganar mucho más dinero, y probablemente ese club sea el Real Madrid. Luchar siempre contra aquellos que tienen mucho más poder ("ellos tienen el dinero, pero nosotros la poesía). Es valorar no sólo la victoria, si no el esfuerzo y la superación. Es quitarle dramatismo a la derrota, tomarse las cosas de otra forma. Saber que hay caminos diferentes, que hay distintas maneras de hacer las cosas.

Todo esto viene a colación porque este equipo, mi equipo, juega este sábado en Granada el partido más importante de sus 60 años de historia. Si Estudiantes pierde este sábado, confirmará su descenso de la primera categoría del baloncesto nacional. Con una victoria, se podrá seguir creyendo en el milagro de la salvación. Todos estos valores arriba mencionados los he aprendido yo en Estudiantes, desde que era pequeño. Todos esos valores me han ayudado a ser mejor persona y a enfretarme con la vida. No sólo eso, gracias a este club he pasado grandes momentos y he conocido a algunas de las persona más importantes de mi vida. Si Estudiantes desciende corre serio peligro de desaparación, debido a una importante deuda económica. Y si Estudiantes desaparece lo hacen con él 60 años de historia, y el futuro de un club donde 400 niños y niñas botan cada día el balón soñando con llegar a vestir algún día esa camiseta azul.
Todo es posible en Granada. Allí estaremos, esperando lo de siempre: un milagro:

3 comentarios:

Nu dijo...

Me daría muchisima pena que el estu no se salvase, no sólo por las consecuencias deportivas, sino por todo lo que lleva alrededor el Estudiantes y crea ese club "familiar".

Aun seguimos vivos...

Mj dijo...

Feliz milagro :)

Marlon dijo...

Los Gomaespuma han escrito este texto que seguramente refleje mejor que el mío lo que este club significa:

Pronunciar la palabra Estudiantes significa mucho más que hablar de un club de baloncesto. Estudiantes se escribe con la E de la elegancia, del estilo con que sus seguidores han sabido animar al equipo en las gradas. Siempre haciendo gala de un estupendo sentido del humor. Para afrontar victorias o para mitigar derrotas. Elegancia imprescindible para lograr esa labor tan compleja de arrancarle una sonrisa al contrario; rendido ante el ingenio de las críticas mordaces que aparecen escritas en las pancartas que la Demencia estudiantil enarbola en los partidos.

Estudiantes incluye con orgullo entre sus letras la E de la enseñanza libre que impulsara Ramiro de Maeztu, fiel a su convencimiento de que las personas, antes que impregnarse de conocimientos, deberían adquirir la categoría humana necesaria para poder asimilarlos. Cuando bota el cuero en La Nevera, resuenan los ecos del viejo profesor de latín, Antonio Magariños, recordándonos que en la competición honesta es donde aprende uno a formar equipo para ganar fuera del campo las partidas a la vida.

El Estudiantes no puede bajar. Y, si lo hiciese, sería tan solo de nivel, nunca de categoría. La categoría de este club queda reflejada en las hemerotecas y, curiosamente, no les pertenece a los jugadores. ¿Cómo había de ser posible? Ellos aprenden a hacerse grandes en la calle Serrano y luego se los termina llevando a la gloria el Madrid o el Barça a fuerza de talonario. La categoría del Estudiantes le pertenece a la afición que ha estado a una altura de primera. Ellos son quienes se merecen hoy la victoria.

Un club así no es solamente un equipo de baloncesto que gana o pierde, levanta una copa o mira con resignación cómo la levanta el contrario sobre sus cabezas, no. Uno se hace de un equipo como el Estudiantes porque tiene una determinada manera de ver la vida, la competición, los retos… De nada importa vivir a la sombra del ganador compulsivo, del que a fuerza de no hacer otra cosa más que ganar no sabe muy bien qué hacer cuando le toca perder, si no exhibes tu orgullo como si fueses el más grande. Aunque, bien es cierto, que siempre es mejor conocer a qué sabe la derrota para poder saborear mejor la victoria. Y de esto es consciente, perfectamente, este equipo. Frente a un grandísimo histórico como el Real Madrid, acostumbrado a la magnificencia del éxito, el Estudiantes ha ido regateando los avatares a lo largo de su historia, unas veces con más suerte y otras con menos, pero siendo siempre un equipo emblemático y orgulloso. Y va a ser, precisamente, ese orgullo el que le haga salir de esta delicada situación.

Dentro de poco la Demencia se acordará de estos momentos entre chascarrillos, porque ya habrá pasado el susto. El Madrid Arena va a reventar en el partido de hoy ante el ViveMenorca y el aliento de la afición va a hacer que vuelen los balones hasta la canasta… o eso esperamos. ¡No jodáis eh, no jodáis! ¡Que no está el horno para bollos!