10/29/2011

Arañazo (2)


Te odio. Te quise tanto, pero ahora sólo eres un trámite, igual que ir al banco a ingresar el dinero del alquiler del piso en el que un día fuimos felices. Ya no se hablan, sólo se habitan. La rutina es como una inundación, y acaba con todo a su paso. Lo que antes era un arcoiris, ahora es blanco y negro. Todo lo que termina, termina mal. Él la mira. Tiene su vida metida en cuatro cajas de cartón y dos maletas viejas. Y unas cuantas bolsas de basura. A veces una imagen es la metáfora perfecta. En su garganta habita un nudo de dimensiones bíblicas. No quiere irse. No así. Si piensa en ella llora, no sabe por qué.  Cuando el amor se convierte en arañazo, duele como si te estuvieran atropellando siete trenes de cercanías. Sus discos, sus libros, su ropa. Todo está en otro lugar, marchándose. Toda su vida fuera de la vida de ella. Se arma de valor. Lo piensa. Duda. Y al final se atreve. ¿Te acuerdas cuando éramos felices?. Porque yo sí. Lo recuerdo cada minuto de mi vida.

2 comentarios:

ele* dijo...

que pena que todo se acabe.

Adriana Gutiérrez Espinoza dijo...

Bella la metáfora del título, un arañazo bien profundo, de esos que incluso llegan a infectarse.
Es increíble que lo nos causó tanta felicidad, se reduzca a un montón de cosas arrumbadas u olvidadas. Aún cuando el recuerdo nos taladre constantemente.
Saludos.