10/27/2011

Aullido (1)

"Quiéreme como no has querido a nadie en el mundo. Como si mañana todo se fuera a ir a la mierda." Y él le dio todo lo que tenía. Se bebieron sus cuerpos, mutuamente, el uno al otro. Miraron el infinito en amaneceres llenos de caricias y tostadas con mermelada. Borraron las cicatrices de las cosas feas. Crecieron varios metros desde la cama de hostales sin nombre. Tenían tantas ganas de amor que se lo tomaron todo de golpe. Pero no les sentó mal. Todo lo contrario. Les llenó de vida.
Andaron por calles adoquinadas de esas en las que los tacones suenan como en las películas en blanco y negro. Se besaron bajo la lluvia hasta quedar empapados de agua y de besos. Habitaron cada uno el cuerpo del otro y el único alquiler era dar el alma. Con locura. Con desesperación. Con rabia y con furia. El amor convertido en aullido.

1 comentario:

Adriana Gutiérrez Espinoza dijo...

Apasionado escrito, así como es el amor en sus inicios. Lo lindo sería que se mantuviera así constantemente. Supongo que no es imposible para algunos.