7/03/2008

HAY DÍAS

Tienes un día malo. La vida te ha desarmado y te ha abandonado en medio de un tiroteo. Todo había empezado de forma normal. Te levantas, preparas las tostadas, te duchas, pierdes el autobús, vas a cumplir condena en el trabajo. Y de repente ocurre un pequeño suceso, leve como una gota. Algo se tuerce en medio de tu día y te llena de una tristeza tan profunda como tus ojos. Una sensación de angustia se apodera de tu pecho y molesta cada vez que pretendes simplemente respirar. No puedes llorar, no puedes gritar, sólo aguantar. Una pequeña grieta se va abriendo y forma un gran agujero. Huyes, corres, miras al infinito y no encuentras nada. Y te sientes igual que si estuvieras montado en una bicicleta roja sin frenos. Llegas a casa, te escondes bajo las sábanas y esperas a que todo pase. A que alguien encienda la luz y los monstruos desaparezcan.

Y de repente te acuerdas de que existe un lugar donde poder escribir. Aunque a veces no todo sea literatura.

1 comentario:

Mj dijo...

Y la música, siempre queda la música que calma las fieras interiores...

http://es.youtube.com/watch?v=CEhT2QlRBMo