Alguien que me quiere mucho me regaló por mi último cumpleaños un calendario en el que cada día vienen unos versos de Benedetti. Cada mañana, cuando me levanto, le leo.
Posiblemente el uruguayo sea uno de los principales responsables de que a mí me guste la poesía, desde que le leí por primera vez, cuando era pequeño.
Por lo que parece, ahora anda ingresado y está muy malito. Ojalá se ponga bueno. Recuerdo que esta fué una de las primeras cosas que leí de él:
NO TE SALVES
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
2 comentarios:
El pasado martes se realizó un homenaje en la Biblioteca Nacional, Madrid. Allí estuvieron Benjamín Prado y García Montero entre otros.
Recomiendo sus poemas de oficina; preciosos.
Que se recupere.
Saludos y salud
ojalá... por suerte, él siempre estará ahí...
un besote, javi
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