4/25/2009

SUEÑOS CON FECHA DE CADUCIDAD

La voz dormida de tu recuerdo habita en mí, y trae hasta mi cabeza aquel día en que una despedida se tatuó en mi piel.
Entre bostezos de amaneceres, un hasta luego se convirtió en adios, como por arte de magia, y la promesa infinita que nos hicimos voló por el cielo de Madrid para nunca volver.
Los andenes no saben de sentimientos, pero sí que saben de despedidas, y de huecos enormes que dejan los abrazos con sabor a derrota y olvido.
Y en el horizonte los colores se volvieron algo menos intensos,
sabiendo que el olvido se escribe en páginas de papel gastado.
Y ahora te busco entre la ropa tendida, en los días vacíos de una primavera sin flores, en el blanco y negro de la rutina perdida, en ascensores que ya no llevan al cielo y en espaldas ajenas que sólo venden billetes de ida.

Y ahora tengo la certeza de que los sueños con fecha de caducidad, ni son sueños ni son nada.

2 comentarios:

viajera en el tiempo dijo...

La fecha de caducidad a los sueños se la ponemos nosotros mismos, el día que dejamos de perseguirlos. Muchas veces no nos damos cuenta hasta que ya es demasiado tarde y el tren se ha marchado lejos.

Saludos!

Marian dijo...

No estoy de acuerdo contigo en la última frase, no no no.

besos