Después del paso de varias estaciones:
el frío eterno y las manos heladas. Una calle de Praga y un viaje solo. Para buscarme. Para encontrarme. Llenarme de aire para poder volar. Y marcharme para no volver. Llenar mi libreta. Expulsar mi odio. Escribirte todo mi rencor. Vestirme de vida nueva, y escapar.
Sin saber si volveré. Sin saber donde llegaré. Pero escapar.
Y algún día, tal vez, os de deje de odiar. Y piense en volver.
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