Ayer, callejeando, perdido y sin mapa, conocí Chinatown. Cuando llegas te quedas unos segundos en estado de shock. Vas andando por Londres y de repente es como si estuvieras en Pekín. Seguí caminando por la zona y me encontré un concierto de rockabilly inglés en un pub atestado de gente muy elegante.
Un poco más adelante, yendo hacia el Soho, había un restaurante italiano en el que acabé cenando. Parecía que estabas en medio de Sicilia. Más italiano imposible. Y la comida excelente.
Para acabar la noche, entré en un Starbucks al lado del hotel donde duermo (en Marble Arch). Y al entrar me quedé de nuevo en estado de shock: todos lo que estaban allí era gente de aspecto árabe. Curioso. Era para hacer una foto.
Sin duda, la mezcla de culturas es una de las cosas que más impresiona de esta ciudad.
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