Bórrame de tus ojos.
Aprende a decirme adios.
Rompe lo que te escribí.
Sonríe (si puedes).
Sácale punta al olvido.
Mastica todo lo que te dije.
Trágalo.
Y que no vuelva fuera.
Fúmate los besos
que un día me dejé
olvidados en tus bolsillos.
Sí, podrás hacerlo.
Diles que me fuí.
Despídeme.
Compra un billete de ida.
Olvídame.
Párteme en pedazos.
Y después.
Bárreme.
Y me vuelves a olvidar.
Será la única manera de salvarme.
2 comentarios:
Bonito (como siempre)
Te superas tanto...
Esa manera de salvarse es a veces la mejor, y no la más fácil, he de decirte.
Ahora, tambien el olvido nos vuelve algo infelices. Depende de a quien se lo pidamos, depende de quien lo necesitemos.
Un besito
Mucho tiempo sin noticias de Diego, esperemos que este ya preparando algo.
Salud!
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