Voy con un grupo de chicas que parecen sacadas de un videoclip de Pereza. Entramos en un edificio abandonado en Malasaña (justo en la plaza que iban a bautizar con el nombre de Antonio Vega). Llevamos alcohol.
Está todo oscuro. Entro en una de las habitaciones con una chica (a esta la conozco, al resto no. Ya le diré a ella quién es). De esta parte, la más interesante, no recuerdo nada en concreto.
De repente la acción se sitúa en el salón. Dos policías municipales entran a la casa con linternas. Les dicen a las chicas que se queden ahí y no se muevan. Salen un momento fuera, no sé por qué.
Una de las chicas encuentra una pistola en el sofá. Cuando entran de nuevo los maderos se lía a tiros con ellos. Se los carga, obviamente. Una de sus amigas le reprende. También le dispara. A otra de las que hay la dispara sin venir a cuento, no sé por qué.
Yo no sé desde donde miro la escena, pero lo veo todo.
Sin motivo aparente la casa empieza a arder en llamas.
La chica con la que estaba en la habitación, la pistolera de la muerte y yo salimos de la casa escopetados. Mierda. Cuando estamos huyendo me doy cuenta de que me he dejado dentro mi chaqueta, y en ella llevo mi cartera. Me podrían identificar. Vuelvo y entro en la casa, entre las llamas. Recupero mi chaqueta y me piro. Aún no ha llegado nadie. Soy libre. Huyo.
Siempre sueño cosas muy extrañas, pero últimamente lo recuerdo todo. A lo mejor es que lo vivo en realidad.
2 comentarios:
Espectacular!!
Me encantó la historia...
Espero mas sueños...
Jajaja, las chicas de videoclip y el sueño tambien!!
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