2/02/2009

MIENTRAS LA NIEVE CAE SOBRE MADRID

El murmullo de batallas perdidas resuena en el contestador de la memoria. Escribo en mi nueva moleskine, mientras veo pasar estrellas fugaces que se esconden tras las nubes. El tiempo se nos escapa de las manos heladas, mientras cada día que pasa tengo más ganas de viajes, de huir de esta ciudad. Nada permanece, todo se marcha, menos algunos miedos y algunas ansiedades que se quedan a vivir en el pecho. Domingo de febrero. Me pierdo en el teatro, y cada día que pasa odio más a los paraguas y a los aeropuertos. El lunes llega tarde, con prisa, y se entretiene en un atasco lleno de sueño y niebla. Los planes quedan casi siempre en eso, en planes, mientras la vida sigue pasando incesante.
A veces parece que las palabras se esconden y no hay nada para este blog, pero de repente surge un destello en medio de la hoja en blanco...

5 comentarios:

Álvaro Dorian Gray dijo...

Pues la nieve me trajo buenos momentos agradables... ¡Qué sigan nevando los domingos!
Saludos y salud

Marian dijo...

Te entiendo tan tan bien, Javi...

Un beso de lunes y sin paraguas

síl dijo...

uf, por lo menos surgen esos destellos... yo tengo unas ganas tremendas de explotar por algún lado y no sé por dónde... es una sensación tan horrible tragarlo todo... buf!

un abrazo, javi

Liedchen dijo...

lo malo es que no me pasa nada, que no pasa nada, y llevo tanto tiempo esperando que pase...

un beso

carmen

mc clellan dijo...

Qué sencillo y qué bonito. Para mí, las vacaciones son lo único que hace soportable algunas cosas. Son mis pequeñas huidas. Un gusto pasar por aquí.