12/23/2009

más guapa que cualquiera

Una mañana iba a trabajar en el autobús. Le acompañaba Yann Tiersen en los oídos y el cielo no era azul. Miraba por la ventana buscando el horizonte, pero no lo encontraba. Alguien debía jugar a esconderlo.
Entonces miró al frente y la vió, más guapa que cualquiera.
Se le quedó cara de gilipollas, o eso me contó.
Al rato se dió cuenta de que debía ser muy niña (no sé, 16 o 17 años). Sí, parecía una canción de Ismael Serrano.
Desde entonces trazó un mapa de rutinas para encontrarla cada mañana. Sabía que la vería si tomaba el autobús de las 7:45. Más tarde no. Todas las mañanas se duchaba deprisa, salía a medio vestir, corría tras el reloj y la encontraba. Y ponía su mejor cara de gilipollas. Ella era muy puntual y llegaba de las primeras al instituto. Si una mañana se dormía y no la veía, era como si le faltara la cafeína del despertar.
Durante dos años vivió esa rutina cada día. La vió hacerse algo más mayor, crecerle el pelo, cambiar su forma de vestir....
Incluso alguna vez se planteó si debía tener algún problema psicológico o si la chica debía pensar que estaba tarado y era un psicópata. Nos lo contaba entre cañas y nos reíamos de él. Pobre.

El otro día le encontramos especialmente triste.
Qué te pasa, le preguntamos.
Y nos respondió que sus rutinas habían cambiado y ya no podría volver a ver a la chiquilla nunca más. Que sus encuentros, a partir de entonces, ya no dependerían de la Empresa Municipal de Transportes, si no del destino.
Aquella noche nos hicimos más viejos, y bebimos junto a él, como casi siempre: para recordar. Y todo siguió pareciendo una canción de Ismael Serrano.
Afuera nevaba sobre Madrid. Y algunos se preocupaban por la crisis mundial.

5 comentarios:

Luis dijo...

No se como llegué, sólo que me encantó.
Parece que somos muchos los cobardes que persiguen su Dulce Carola, con miedo a alcanzarla.
Muy bueno.

letradedoctor.blogspot.com

ILSA dijo...

"Y aunque sé que no era la más guapa del mundo juro que era más guapa..."

Esta historia me trae miles de recuerdos (me refiero a tu historia no a la de Sabina y compañía).

illeR dijo...

A veces pequeños detalles que pueden parecer tontos, como el cruzarte a diario con una persona, nos alegran la vida de una forma inimaginable.

Un minuto sin orillas dijo...

Que bonito Marlon.
Enhorabuena por tu blog, mereces esas miles de visitas, sin duda. Ten buen año!

Rocío dijo...

precioso