Timbas ilegales de póker en el túnel de tus piernas.
Si lo llevo en vena, nunca me lo podrán robar.
Salir corriendo no es una buena solución,
cuando resulta que lo más fácil es escapar.
Si me tiendes la mano,
yo te prometo que no la soltaré.
Aunque nos lluevan dudas, créeme,
a veces basta sólo con creer.
Y ahora sólo estoy esperando
a que me hagas un hueco en tu colchón,
mientras yo disimulo lo mejor que puedo,
buscándote dentro de una canción.
Y los golpes ya no me hacen daño,
sólo se quedan a vivir en algún lugar.
Y no hay nada lo bastante fuerte
a estas alturas, para hacerme abandonar.
Tienes mi teléfono apuntado,
en la parte atrás de una vieja polaroid,
Yo tengo las cartas marcadas, pero
es un pequeño detalle que ya no importa nada
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