No entiendo tu forma de mover las manos cuando me hablas. Ni lo que tratas de decirme en esos ratos en que me despisto y parece que no estoy.
No entiendo que todo sea tan difícil, o al menos parezca que no es muy fácil. No entiendo los mapas que llevan hasta tí, y será por eso que siempre me termino perdiendo.
No entiendo el cuándo. Pero tampoco el dónde ni el por qué. En general podríamos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que tengo graves problemas de comprensión en todo lo que tiene que ver contigo.
No entiendo cuando cierras los ojos después de mirarme y suspiras después de dar una calada al cigarro.
No entiendo que seas tan difícil de entender, o a lo mejor es que yo no soy capaz de entenderte. O será que, sencillamente, yo no entiendo nada.
3 comentarios:
Pues a mí me gustan las faltas de entendimiento, las moderadas claro, dan lugar a bonitos debates y nuevos descubrimientos, amplían las miras de nuestros horizontes. Supongo que soy una optimista resignada...
Ahora ya sabes: tic tac, tic tac ;)
Un besoteeee
Todos los tenemos creo. Y hasta parece q a las personas q no son necesarias entender, las entendemos. Y a las q de verdad queremos entender, nunca llegamos a hacerlo.
Saludos.
Y siempre lindos tus escritos.
Hay veces en que, sencillamente, uno no entiende nada... Aunque lo intente... ¿verdad?
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