Carreteras secundarias y autopistas vacías. Hoteles de lujo y pensiones de medio pelo. Después de amores de paso, de guiones sin escribir, de ser realista y pedir lo imposible. Después de musas sin vocación de perdurar y de escaleras de madera que no llevaban a nada. De autobuses rojos perdidos en la noche de una ciudad desconocida. De tangos y rancheras De beber para recordar. Después de comprarme un traje que nunca estrené. De fiarme de quien no debí hacerlo. De aprender que no existe la receta del olvido. De cansarme de soñar despierto. De dormir contigo y sin tí. De haber sido feliz sin saberlo (que debe de ser el único modo). Después de vivir de alquiler en el infierno. De darme cabezazos contra la pared. De rebelarme. De no cogerte el teléfono. Después de un curso intensivo para sonreir. De quedarme con cara de imbécil. De la peor resaca, esa que nunca se pasa. Del peor dolor, ese que nunca se cura.
Después. Simplemente después......
3 comentarios:
Simplemente impresionante. Estas palabras lograron sacarme una sonrisa cómplice, esas que conocemos quienes hicimos cursos intensivos para recordar que podemos sonreir con el dolor a cuestas que nunca podremos olvidar.
...después de caminar en círculos, pisando una y otra vez las mismas huellas, se necesita un giro a la derecha, o izquierda, donde sea... donde encuentres el oxígeno para no asfixiarte en recuerdos...
Gracias por vuestros comentarios. Enriquecieron la entrada.
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