9/18/2009

CON SABOR A LIMÓN CADUCADO

Sueño casi todas las noches
que te extirpo el nomadismo de las entrañas.
y te convenzo de que dejes
de pegar puñetazos en corazones ajenos.
Que tu ambición cabe en una tarde de incienso
en que te quedas conmigo
a ver llover tras los cristales.
Que atraso indefinidamente
todos los aviones que te llevan
lejos de este presente.
Que pinto versos por tus recovecos.
Que se acaban las lágrimas del mundo
porque tú las secas todas.
Que a estas alturas me conformo
con un amor eterno
de hora y media mal contada.
Que al paraíso y al infierno
se va por la misma carretera.
Alli donde me crucé con tus excusas
que saben a limón caducado
y dicen adios desde la nevera.

Sueño
que tu sonrisa sólo viaja con billete de ida
y se queda a vivir tan dentro
que no hay manera de sacarla.

Pero suena el despertador y son las 7.
Y hay veces que se vive mejor soñando.

3 comentarios:

Palabras a tiempo dijo...

Dios, qué bonito.
Hay cosas de todo esto que me hacen sonreír: yo tengo incienso en mi habitación, y con él, a veces me quedo a ver llover tras los cristales.
Y es que a veces, como tú dices, no hay nada mejor que vivir entre nuestras ventanas y con nuestros sueños.
Un besito

Anónimo dijo...

La vida es un sueño, del que en ocasiones, es mejor no despertar. Muy bonito poema, te felicito.

"Soñe qué vivir podía
mientras soñando dormía.
Viví soñando mi sueño,
...la vida se me iba".

ILSA dijo...

Yo también me apaño con uno de esos amores eternos de hora y media mal contada. Vaya!!
Y arriesgo diciendo que me sobre la media.