Este verano un amigo me regaló una linterna.
De las que venden en las tiendas de los chinos.
Me dijo que así podría ver en medio de la oscuridad. Y desde entonces empecé a ver, algo. Supongo que lo que veía era bastante, y lo suficiente.
Las pilas se acabaron en seguida. Pero no importó. Ya había visto lo que tenía que ver.
Y ahora voy regalando linternas a mi paso.
5 comentarios:
Agradece a tu amigo la oportunidad brindada; si viste lo necesario, viste más que muchos...
Saludos.
Regala de esas que hay ahora que tienen una dinamo, asi nunca se acaban las pilas, basta un poco de movimiento y vuelve la luz
Pues tiene un significado muy filosófico, pero la lucecita de la linterna en el ojo y dando por saco por la noche no era tan agradable que digamos... XD
Un besote patatín
Hay unas moloncísimas en el decathlon a las que se les da cuerda y así no se acaban nunca... vaya, ya te lo ha dicho illeR... así es que por no irme sin añadir nada... te dejo un beso ;)
Los lugares oscuros, no se alumbran con linternas, no te preocupes. Antes o despues vuelven a quedarse oscuros y a llenarse de fantasmas.
Es como comer mentiras, las manos huelen por mucho que te las laves.
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